jueves, 27 de agosto de 2009

La ecuación del olvido


A pesar de que me dedico a escribir en mi tiempo libre, he de confesaros que soy un chico que estudió ciencias. Así que tarde o temprano debería unir ambas ramas aunque en multitud de ocasiones sean como el agua y el aceite. Un dia llego a mi mente la idea de poner en papel la forma en cómo se olvida una persona de los malos recuerdos. A todo el mundo le cuesta olvidar los malos momentos, pero al final siempre se olvidan o se desfiguran de tal forma que solo queda pequeños pedazos de lo que un día fue una gran catástrofe. Basándome en los factores que implica el olvido lanzo una sencilla ecuación que creo que cumple con bastante exactitud la forma en que olvidamos.

Olvido = Distancia x Tiempo

Es inevitable que las cosas se olviden con el paso del tiempo, todos nos curamos de nuestra heridas dejándolas en el fondo del pozo de nuestro ser. Nunca sabemos cuándo tiempo se necesita para olvidar, pero un factor que lo acelera es si se crea distancia entre el recuerdo y uno mismo, una afirmación que es comúnmente comentada en innumerables ocasiones “la distancia es el olvido”. El tiempo para olvidar puede llegar a ser infinito pero si la distancia es mínima el olvido es muchísimo más lento porque en todo momento está presente. Creo que en este caso, es necesario crear unos recuerdos más fuertes que sean capaces de hacer olvidar los malos momentos.

De nuevo abierto


Después de unas merecidas vacaciones en las que se consigue desconectar totalmente de la rutina diaria, volvemos a encontrarnos de nuevo con la realidad de nuestra vida pero ya con un enfoque y unas energías distintas a como empezamos la vacaciones.

Y una de las cosas positivas de volver a la realidad es volver a escribir nuevas historias, ideas o simplemente por el hecho de escribir.

Por todo ello, el blog queda abierto.