jueves, 29 de octubre de 2009

El sendero de la vida


Caminado por una estrecha senda, en la que un lado se encuentra una fría y oscura pared y al otro lado un precipicio. Por sensatez, se debería estar mas cerca de la pared que del precipicio pero de forma inconsciente nos acercamos a él. Siempre nos atrae lo prohibido o lo que desconocemos. Y damos pasos hacia el precipicio, pasos cortos y seguros aunque el riesgo de caernos nos hace realizarlo con cuidado hasta el punto de que debajo de sus pies solo se interpone una piedra, y el resto es aire.
Muchos de ellos se acercan tanto que al final caen al fondo del precipicio, otro se acercan tan poco que ni se atreven a mirar al fondo y los últimos se acercan sin ningún pudor y lo observa con total tranquilidad. Aunque parezca mentira esto representa nuestra actitud a lo largo de nuestra vida.
Los primeros no miden las consecuencias de sus actos y al final caen, los segundos miden las consecuencias mucho antes de que suceda algo teniendo como bandera "y si.....", y finalmente los últimos que conociendo sus virtudes y limitaciones saben hasta donde debe llegar y se dedican a disfrutar simplemente del paisaje.

miércoles, 21 de octubre de 2009

El final de un ciclo



Hoy por primera vez (o por segunda, no lo recuerdo bien) voy a escribir en el blog basandome en la historia que me toca vivir ahora, aunque siempre es sabido que quien crea historias estás tienen algo de autobiográfico. Esta vez me ha llegado el final de un ciclo que ya presentía desde hace algún tiempo, porque siempre hay señales que lo indican aunque a veces ni las vemos y otras veces, simplemente, las ignoramos. Al final, si uno no es capaz de cerrar el capitulo por si mismo, la vida misma lo hará por ti.
Esta vida es cíclica y mientras estemos inmersos en ella irremediablemente viviremos estas situaciones en mas de una ocasión. Se tiene miedo a cerrar un capitulo de tu vida porque uno desconoce como comenzará el siguiente. Uno se encuentra mas seguro cuando tiene elaborado un plan de vida definido y lo va manteniendo obteniendo así una cierta estabilidad, pero mantener dicha estabilidad por los siglos de los siglos es harto difícil. Uno, porque el ser humano es inconformista y dos, depende de demasiados elementos que no puede controlar.

Es difícil y a la vez emocionante comenzar un nuevo capitulo en tu vida. Se tienen sentimientos encontrados, porque se tiene nostalgia del capitulo anterior y la incertidumbre de un futuro todavía desconocido. Empezar una nueva época es similar a tener una pagina en blanco en la que uno puede escribir lo que se desea, pero hay que elegir cuidadosamente las palabras , ya que a partir de ellas se estructura el resto. Cada día uno escribe un poquito en su libro de vida y llega el día en que se cambia de pagina para empezar otro capitulo que contendrán nuevas experiencias y sensaciones pero siempre se tendrá presente los capítulos anteriores.

lunes, 19 de octubre de 2009

Las distintas maneras de ser feliz


Una de las cosas que mas me gustan es la de pasear, me permite desconectar de la rutina, me despeja la mente y de esos momentos normalmente salen las historias que luego se plasman aquí.


Siempre me fijo en la gente que me encuentro durante el camino, me doy cuenta que cada uno somos únicos con nuestras virtudes y defectos. Y me pregunto que si sus problemas son parecidos a los mios o si a pesar de estar sonriendo son realmente felices. Me doy cuenta de que la gran mayoría poseemos problemas muy parecidos, solo que cada uno le da la dimensión que el cree que merezca. Pero lo que realmente nos une es el objetivo por el que luchamos a cada minuto, el ser felices. Pese a ser solo un único objetivo es difícil conseguirlo y mas complicado el mantenerlo.


Muchos disfrutan con un simple paseo, otros en vez de pasear corren y otros simplemente con hacer feliz a alguien. Hay mil y un maneras de sentirse feliz, no hace falta realizar grandes proezas para sentirse feliz, simplemente con disfrutar de las pequeñas cosas que cada día la vida nos proporciona.
Ya que somos distintos, tenemos distintas maneras de ver la vida y por lo tanto distintas formas de disfrutarla y sentirla.


viernes, 9 de octubre de 2009

La huida

Ir al capitulo 2, el pueblo
Ir al capitulo1, la abuela Engracia

Irene guió a su hermana por las calles del pueblo hasta detenerse delante de una casa. Era distinta a las demás, algo más grande, fabricada de piedra gris y un escudo de armas que se intuía encima de la puerta principal. La hiedra había cubierto casi toda la fachada y el deteriorado tejado mostraba el paso del tiempo, aunque se podía observar que fue una gran mansión en su época de máximo esplendor.3

-Aquí tienes la casa donde vivieron los abuelos y nuestro padre. A pesar de hoy está en mal estado, en su época era de las casas más importantes de todo el pueblo. Nuestro abuelo es el típico ejemplo de indiano, regresó de América con una pequeña fortuna y comenzó a construir esta casa. Mientras se construía, el abuelo conoció a Engracia, que era una mujer de familia humilde pero como has podido comprobar por las fotos de una gran belleza, consiguió embelesar al abuelo para casarse con él. Con ello, Engracia se convirtió, por decirlo así, en la primera dama de este pueblo pero tenía un problema, su egoísmo. Supongo que el provenir de una familia humilde le habrá privado de muchas cosas, y quería o necesitaba todo aquello que le negaron.

-Hasta ahora en la historia es una más entre muchas . Porque se enfrentaron la abuela y papa?

-A pesar de que Engracia se codeaba con la alta sociedad, necesitaba asentarse en ella. De momento solo pertenecía a ella gracias al dinero del abuelo, cuando el dinero escaseara volvería irremediablemente con el pueblo llano. Necesitaba un vinculo definitivo y la solución que encontró fue la de unir a su hijo con alguna mujer de la alta sociedad. Sin embargo no contó con su hijo que ya había conocido a una muchacha de familia humilde, nuestra madre. Estuvieron saliendo juntos a escondidas durante meses hasta que Engracia se enteró de la relación y les prohibió verse. Demasiado tarde, el amor ya había germinado en ellos.
Engracia seguía buscando a su futura nuera en alta sociedad, sin embargo papa ya solo tenía ojos para mama. Seguían viéndose a escondidas hasta que llego el día D. Engracia se enteró de que seguían viéndose y además que mama ya estaba embarazada. Ese bebe es el que hoy te esta contando esta historia.

-Y aquí es cuando nuestros padres huyeron.

-Todavía no porque ellos desconocían que Engracia lo sabía. Para evitar esta deshonra y que su posición en la alta sociedad peligrara, Engracia le ofreció una gran suma de dinero a nuestra madre para que abortara y desapareciera del pueblo. Mama se negó y se enzarzaron en una acalorada discusión en la cual Engracia intentó asesinarla con sus propias manos. Pero el destino quiso que nuestro padre pasara por allí evitando el asesinato. Aún así Engracia le juro que si la volvería a ver llevaría a cabo su amenaza de matarla.
Y el resto de la historia ya la conoces porque la has vivido.

-Irene, me he quedado de piedra!. Es increíble lo que nuestra abuela intentara matar a mama solo por mantener su status social. Pero, hay una cosa que no entiendo, porque tú conoces la historia y yo no?

-Conozco la historia, porque hice la misma pregunta a nuestros padres que tú me has hecho hoy.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El pueblo


Ir al capitulo 1, la abuela Engracia
La llegada al pueblo fue como retroceder en el tiempo. Las pequeñas casas de color cal con su imprescindible terraza, y una vid cubriéndola haciendo las veces de tejado. Gallinas, perros y ovejas eran los propietarios de las calles empedradas, en cambio los niños brillaban por su ausencia. Claudia e Irene aparcaron cerca de la residencia, que era el edificio más moderno que existía en el pueblo, donde ya se encontraba el coche de la funeraria. La abuela Engracia, con la venta de su casa y los terrenos, se había asegurado su estancia en la residencia y también la del más allá. En la entrada de la residencia se encontraba la directora que les dio la bienvenida a Claudia y a Irene, y las acompaño hasta la habitación.
La habitación 103 es donde la abuela había pasado sus minutos de vida, era pequeña pero acogedora y con una ventana con vistas a un pequeño jardín. Allí estaba el ataúd con la abuela dentro y una pequeña maleta donde se encontraban los pequeños efectos personales de la abuela.
-Era una mujer de fuerte carácter, pero de buen corazón. Que Dios la tenga en su gloria. dijo la directora dándole la maleta a Claudia.
Con un gesto de agradecimiento de Claudia, las dos hermanas dejaron la residencia para tomar rumbo hacia la iglesia.
La misa y el entierro fueron de lo más normales, no mucha gente acudió debido a que Engracia ya había enterrado a muchas de sus amigas y el carácter fuerte de ella no ayudaba a tener muchas amistades. Solo unas pocas vecinas más que por curiosidad que por afecto a la difunta se habían acercado al cortejo fúnebre. El atardecer cayó y con él la lapida que enterraba definitivamente a Engracia. Claudia sentía cierta tristeza porque aunque no la conociera pertenecía de su familia, pero los ojos de Irene no reflejaban ningún tipo de sentimiento.
Terminado el entierro Claudia propuso a Irene para dar una vuelta por el pueblo ya nunca había estado. Esto no entraba en los planes de Irene porque lo que deseaba era marcharse cuanto antes, pero ante la insistencia de su hermana, accedió. Caminaban juntas por las estrechas calles del pueblo y Claudia pensó que ese era el momento oportuno para preguntar a Irene por toda esta historia.

-Irene, ahora que la abuela y nuestros padres ya no están con nosotros, me gustaría saber porque papa y la abuela estaban tan enfadados. Algo terrible tuvo que suceder para que no se hablaran hasta el final de sus días.

A Irene la pregunta le cogió por sorpresa aunque sabía que tarde o temprano su hermana se querría enterar, aunque intentaba retrasar ese momento todo lo que pudiera.

-Porque me lo preguntas ahora. Son ya cosas del pasado y en pasado deben de quedarse.
-Pero Irene, yo quiero saberlo, necesito saberlo. Es la historia de mi familia, la de mis padres y creo que merezco saber la verdad. Nunca lo pregunte por miedo a que papa se enfadara. Siempre le cambiaba la expresión con cualquier tema sobre el pueblo. Nunca le oí nombrar el nombre del pueblo ni el de la abuela
-En ocasiones es mejor vivir en la ignorancia. La curiosidad mato al gato.
-No creo que haya nada de malo en querer saber cómo fue mi familia, porque ya solo quedamos tú y yo.
-Está bien Claudia. Te contaré la historia que yo conozco aunque es posible que no te guste.

lunes, 5 de octubre de 2009

La abuela Engracia



Como cada día, Irene acudía a su cita ineludible con la playa cada vez que el tiempo medianamente acompañara. Le gustaba sentir el agua fría en sus blancos pies y como la brisa del mar lanzaba al viento su morena melena. Además, su médico y a la vez marido Fernando le había aconsejado los paseos por la playa por sus problemas circulatorios que tenía desde pequeña. Normalmente, esperaba hasta que el sol se ponía o hasta que la brisa del mar se convertía en un aire gélido para volver a casa.
Su hogar, a unos cinco minutos de la playa, era un chalet de dos plantas perteneciente a una urbanización de chalet adosados don paredes blanquecinas con un pequeño jardín. Desde la última planta tenía unas excelentes vistas al mar por lo que siempre tenía el olor del agua marina muy presente. Nada más entrar en el chalet la recibió con gran alegría su perro Capri, uno pastor alemán regalo de su hermana Claudia hacia ya tres años. Tras las correspondientes caricias que dejaron satisfecho a Capri entro en casa con dirección a la cocina para poder comer algo rápido antes de disponerse a preparar la cena. Mientras comía un yogurt de fresa, divisó el teléfono móvil del que no tenía noticias desde esta mañana. Apareció en la mesilla de noche debajo del libro que actualmente leía antes de irse a dormir. Para su sorpresa había varias llamadas perdidas en él, principalmente de Claudia y la diaria de Fernando que en esta ocasión estaba de viaje. Demasiadas llamadas en un solo día de mi hermanita, algo ha debido de ocurrir pensó, así que extrañada llamo a su hermana para saber qué es lo que sucedía. Tras tres suaves tonos la voz de Claudia hizo acto de presencia.

-Hola Irene.
-Hola Claudia. He visto que me has llamado varias veces, sucede algo?
-Si, sucede algo yCursiva no es nada bueno. Tengo una mala noticia. Me han llamado esta mañana de la residencia de ancianos del pueblo y me dijeron que la abuela Engracia amaneció muerta. Mañana es el entierro en el pueblo.


Tras unos instantes donde el silencio se apropio del tiempo, Irene continúo con la conversación.

-Estaba ya muy mayor. No habrá más remedio que ir aunque sabes que no me gusta el pueblo.
-Irene, ya sé que no te gusta el pueblo pero somos la única familia que ella tenía. Es nuestra obligación el ir.
-Está bien, Claudia. Mañana por la mañana paso a buscarte.
-De acuerdo, Irene. Un beso. Hasta mañana.
-Un beso también para ti. Adiós.


Irene no se sentía triste porque realmente solo sentía indiferencia hacia su abuela paterna. La señora Engracia, a diferencia de las típicas abuelas de los cuentos, no había sido nada buena con su familia y sobre todo con sus difuntos padres. El hecho de que Irene fuera fruto de una relación no bien vista por Engracia terminó con la huida de sus padres del pueblo, y el distanciamiento definitivo entre madre e hijo. Más tarde, sus padres se casaron en la ciudad sin la presencia de Engracia, y años más tarde nacería Claudia. Sus padres se mantuvieron juntos y felices hasta hace unos cuatro años cuando murieron víctimas de un trágico accidente de tráfico. Aunque quisiera estar triste no podía pero las ganas de cenar habían desaparecido. Mañana volvería a un pueblo del que no tenía un buen recuerdo.