miércoles, 27 de enero de 2010

Epilogo final


Ir al capitulo1, Un vaso de Whisky
Ir al capitulo2, El pueblo de Mario
Ir al capitulo3, El escaparate
Ir al capitulo4, El tormento de una mirada
Ir al capitulo5, El periodico

Habían pasado ya tres años desde que Mario regresó a su pueblo natal donde descubrió lo que le faltaba en su vida: ILUSIÓN. Había vuelto al pueblo y no se movió de ahí, porque ahí encontró un pedazo de felicidad y con ello, inconscientemente, el principio de una nueva vida.
Después de decidirse a quedar en el pueblo, Mario decidió comprar el local de la antigua juguetería para montar su propio negocio, un bar-restaurante que funcionan muy bien en el pueblo debido al turismo. Y la verdad es que le fue muy bien, se unió a Andrea (la chica de la cafetería) que se convirtió en su socia y que con el paso del tiempo se convirtió en algo mas. Actualmente, están viviendo juntos en una pequeña casa de las afueras y de momento son muy felices.
Su antigua mujer, Laura, era además de la madre de su hija ya solo un recuerdo que ya no le hacía daño. El presente y el futuro se presentaban preciosos e ilusionantes. Solo quedaba del pasado aquel viejo tren de su escaparate que gracias a Mario volvió a sus vías en la vieja juguetería.

viernes, 22 de enero de 2010

El periodico


Ir al capitulo1, Un vaso de Whisky
Ir al capitulo2, El pueblo de Mario
Ir al capitulo3, El escaparate
Ir al capitulo4, El tormento de una mirada

Era una noticia pequeña la que le llamó la atención a Mario, pero la foto le pareció reveladora. Era sobre unos niños que estaban en el hospital y habían recibido la visita de un grupo de títeres. y entonces ahí vio su mirada de niño reflejada en la mirada de todos esos niños.
La ilusión llega al Hospital General, decía el titular de la noticia.
-Ilusión. Eso es, Eso es lo que expresan todos esos ojos!!!!. Grito Mario, dándose cuenta de que todo el bar le estaba observando.
-Es lo que me falta a mi, ilusión. Ilusión por algo en esta vida. Pero donde la encuentro?. Como la consigo?.

Los varapalos recientes al que había sido sometido Mario, le habían quitado toda la ilusión aunque esa ilusión había desaparecido ya hacía tiempo. Tanto tiempo enfrascado en su trabajo había dejado de lado todo lo que quería y cuando solo le quedaba el trabajo como refugio esté le había dado la espalda, como si le hubiera traicionado. Y una pequeña sonrisa se le dibujo en su rostro.
-Ahora tengo la oportunidad de empezar de nuevo, con nuevas ilusiones, hacer lo que antes ni se me planteaba por la cabeza. Se dijo a si mismo.

-Se encuentra bien señor? le pregunto la camarera que se había acercado a su mesa.
-Me encuentro perfectamente, gracias. Le respondió Mario.
-Es que con su grito ha sorprendido a toda la gente.
-Lo siento, no volverá a ocurrir. Por cierto, me llamo Mario......

jueves, 21 de enero de 2010

El tormento de una mirada


Ir al capitulo1, Un vaso de Whisky
Ir al capitulo2, El pueblo de Mario
Ir al capitulo3, El escaparate

Mario se miraba al cristal de la juguetería y su ojos no le transmitían nada, es como si estuvieran vacíos. En cambio, en los ojos de aquel niño que algún día fue había un brillo extraño que todavía no conseguía descifrar. Dejo esa jugueteria y se dispuso a caminar por esas pequeñas calles que cuando eran pequeñas le parecían avenidas. Sin embargo, su mirada de niño se le habían clavado en su mente y no podía quitárselo de la cabeza. Le querían decir algo pero no sabia el que y eso le atormentaba. A l amente ya no le venia ningún recuerdo del pasado, nada mas que las horas que se paso delante de aquel escaparate viendo como se movía aquel viejo tren. Y esa mirada, que le tenia totalmente abstraído del mundo exterior.
Decidió entrar en una pequeña cafetería atraído inconscientemente por el olor a café. Sentado en una mesa con su café solo y leyendo por encima el periódico encontró una noticia que le llamo la atención. Ahí fue cuando Mario descubrió lo que significaba esa mirada.

miércoles, 20 de enero de 2010

El escaparate


Ir al capitulo1, Un vaso de whisky
Ir al capitulo2, El pueblo de Mario

Mario dejó sus cosas en uno de los múltiples hoteles rusticos que invadían el pueblo. Una sonrisa había vuelto a su semblante cuando reconoció algunos de los lugares de la infancia y por eso se decidió a dar una vuelta para recordar aquellos días de felicidad. Anduvo entre pequeñas y estrechas callejuelas empedradas por donde corría con sus amigos de colegio.
-La única preocupación era la de jugar y que no te pillaran. Se dijo así mismo.
Rememorando esos viejos recuerdos anduvo sin un rumbo fijo hasta que de repente Mario se paro delante de un viejo local abandonado con un gran escaparate. Evidentemente, el paso de los años hacían mella en su fachada, pero eso a todas las cosas y seres le sucedía irremediablemente.
A pesar de que el local era una sombra de lo que había sido, Mario lo reconoció al instante. Era la antigua juguetería del pueblo en la que el se pasaba horas y horas mirando a través del cristal como circulaba el tren en aquella maqueta.
Se quedo mirando al cristal como cuando era niño durante un buen rato. Mario giró su cabeza hacia la derecha y encontró en el cristal la silueta de un niño, pero el niño no estaba allí, solo estaba su reflejo. Pero rápidamente Mario se dio cuenta de quien era el niño, era el cuando era pequeño!!!!!
Le estuvo mirando un buen rato, intentando adivinar lo que aquella mirada quería decir.

martes, 19 de enero de 2010

El pueblo de Mario


Ir al capitulo1, Un vaso de whisky

Así que Mario, se encontró viviendo solo en una inmensa casa en la que a cada segundo se le caía encima. Pero como en esta vida las desgracias nunca vienen solas, un mes después de aquel fatídico día, la empresa le despidió argumentando que no estaba aportando lo suficiente para el trabajo que se le había contratado. Era increíble como la vida de Mario había cambiado tanto en tan poco espacio de tiempo. Buscaba el fallo que había producido la avalancha de acontecimientos pero no daba con él. Si volviera atrás en el tiempo habría hecho exactamente lo mismo por lo que pensó que su conciencia estaba tranquila pero no lo tranquilizaba, su vida estaba ahora destrozada. Terminado el whisky, tomo el coche dirección hacia su pueblo del que había salido con 20 años y al que nunca volvió hasta el día de hoy. Había tomado la decisión de volver al pueblo que le vio nacer para reordenar su vida fuera de cualquier tipo de recuerdo que le trajera esa amargura interna que le tenia atrapado.
Su gran memoria le hizo encontrar el camino sin dificultad aunque el pueblo evidentemente había cambiado con el paso del tiempo, como el. Aun así consiguió distinguir ciertos lugares de su infancia, aquella pradera donde jugaban al fútbol después del colegio, la tienda de golosinas donde acudían día si y día también o la calle principal donde tenia lugar toda la vida del pueblo. Ahora el turismo lo había invadido todo y donde antes había carnicerías, fruterías o mercerías se encontraban tiendas de souvenirs y bares. Pero el pueblo mantenía su aroma de antaño.

lunes, 18 de enero de 2010

Un vaso de whisky


El suave tintineo de los cubitos de hielo sobre el whisky mantenía a Mario ensimismado en sus pensamientos. Se encontraba en un bar de carretera a mitad de camino de su casa y de su pueblo natal. Mientras movía los hielos del vaso recordaba su vida ideal hasta que hace tres meses se vino todo abajo. Su vida con un empleo estupendo, una mujer preciosa de la que estaba totalmente enamorado y su hija María, la niña de sus ojos, se había destruido aquel 20 de Octubre.Aquel día era un día frío y lluvioso como habían pronosticado los meteorologos pues se acercaba un temporal, pero el verdadero temporal le sobrevino a Mario en su propia casa. Su mujer, Laura, había decidido que ese día era el idóneo para dar el definitivo paso al frente. Hacia tiempo que la rutina y el tedio había llamado a su puerta y se había instalado en su casa como un familiar mas. Laura necesitaba algo nuevo, algo de acción que le indicara que todavía estaba viva, ser la protagonista de su vida. En definitiva, vivir su propia vida. y con esa explicación tuvo Mario que conformarse, cuando vio partir a Laura con sus maletas rumbo a un destino y una vida totalmente distinta a la que llevaba. Y la vida de Mario a partir de entonces tambien cambiaria sin llevar ninguna maleta a cuestas.

martes, 12 de enero de 2010

Media Naranja


Cuenta cierta leyenda griega que existía un ser perfecto formado por un hombre y una mujer unidos a través de sus respectivas espaldas. Este ser nunca se cansaba, nadie les podía traicionar por la espalda porque sus ojos lo verían y por lo que poseía una perfecta armonía. Los dioses griegos ciegos de envidia por ver a un ser perfecto lanzaron su ira sobre ellos partiéndolos por la mitad. De esta forma mitológica se explica la búsqueda del ser humano por su media naranja, su otra mitad. Es cierto que un ser humano esta incompleto si esta solo, por eso la búsqueda de su otra mitad es uno de los retos que impone el comportamiento humano y ello me lleva a una reflexión. Siendo miles de millones de personas las que se albergan en este planeta, con distancias milkilometricas entre una y otra como es posible que mucha gente encuentre su media naranja a escasos kilómetros de su ser. Creo que deja de ser una simple casualidad, y me asalta la suposición de que tenemos varias "casi medias naranjas" en nuestro entorno, que encajan casi perfectamente con nosotros, y que emplearíamos mas de una vida en la búsqueda de nuestra "perfecta media naranja".Por eso, en muchas ocasiones nos conformamos con una mitad que casi casi se adecua a nosotros para poder vivir una vida mucho mas satisfactoria que pasándola en busca de alguien muy difícil de encontrar. aunque a veces la verdadera media naranja esta muy cerca de uno........

jueves, 7 de enero de 2010

Años de vida

Hoy vi en la televisión la noticia de un señor que había cumplido 108 años. Esta noticia me trajo recuerdos de una anécdota que me contaron durante mi periplo por el litoral cantábrico.
Es la historia de una señora ya centenaria pero con una fortaleza física muy buena con respecto a su edad, porque suponemos que a esas edades ya son todos dolores y achaques.
Una amiga le preguntó por la edad que tenía y ella respondió 110 años, a lo que mi amiga sorprendida le respondió con cara de sorpresa que que bien se conservaba para su edad y de la vitalidad que desprendía. Entonces la señora le dijo:

De que me sirve tener tanta vitalidad. Ya he vivido demasiado, todas mis amigas y parte de mis hijos ya habían fallecido. Hace tiempo que me quede sola, ya no queda por lo que vivir.

Y después de pensarlo, la señora tenía toda la razón, de que sirve vivir tantos años si lo que realmente cuenta es la forma de vivirlos. Nos agarramos a la vida como a un clavo ardiendo para luego ver que los demás ya se han ido.

martes, 5 de enero de 2010

Carta a los Reyes Magos


Queridos Reyes Magos:


Creo que este año me he vuelto a portar bien aunque quien lo debe juzgar sois vosotros mismos, por lo tanto y como siempre os dejo en vuestras manos si soy merecedor de lo que os pido. No hace falta que os diga lo que quiero, os lo he ido pidiendo estos últimos años porque es lo único que me falta en esta vida. No se a que se debe tanta tardanza, no encuentro el error para no ser merecedor de dicho regalo, supongo que me he portado bien aunque a veces se traspasa la fina linea delgada entre el bien y el mal sin que uno perciba en que lado se encuentra.

Pensé que es hasta un regalo demasiado egoísta para tenerlo o que simplemente no es el momento para recibirlo.Solo quiero que iluminéis el camino correcto para llegar a el o mostrarme la estrella que debo seguir. Por recibir el silencio como respuesta esta es la ultima carta que os escribo.


Feliz Navidad.

sábado, 2 de enero de 2010

Mirando por la ventana


Muchas veces cuando me asomo por la ventana observo pasar multitud de gente y me vienen a la mente varias preguntas: Que tipo de vida llevaran, si serán felices, que problemas les atormentaran.
Me doy cuenta de que a pesar de pertenecer a una misma raza, cada persona es un mundo y como cada mundo tiene sus propias complejidades y distintas formas de ver y actuar ante los problemas. Pero todos tenemos algo en común, cada uno lleva a sus espaldas su propio "dolor personal". Ese dolor que aparece en algún momento del camino que puede ser de mayor o menor dimensión, ahí ya depende de la importancia que le de cada uno. Ese dolor puede provenir de uno mismo u ocasionarlo una persona ajena persona, porque sino es la salud o el sufrimiento de uno es el de las personas que queremos.
Y lo peor de todo es que ese dolor no podemos controlarlo ni minimizarlo, porque no desaparece de la noche a la mañana, y cuando creemos que desaparece lo que realmente ocurre es que nos acostumbramos a vivir con el. Es parte del juego de la vida del que inevitablemente jugamos y sera en el único sorteo donde sabemos de antemano que seremos uno de los "agraciados".