martes, 8 de febrero de 2011

La reflexión


Ir al capitulo 1, El reloj de pared
Ir al capitulo 2, El dolor de Ana

Ruben se miraba las manos y ya no las reconocía. Aquellas manos que habían creado música celestial como decía su madre, ahora eran simplemente virtuosas en el arte de la droga.
Ruben recordaba que le gustaba la música pero que odiaba la disciplina, el tocar todos los días el piano mientras sus amigos estaban divirtiéndose, eso le ponía celoso. Así que un día decidió no tocar el piano y probar la diversión. El cambio después de tres años no fue muy satisfactorio.
Al principio bebía y fumaba para poder integrarse con los demás chicos, realmente se lo pasaba bien o eso le decían al lunes siguiente en clase. Como su integración iba por buen camino fue poco a poco probando otro tipo de sustancias.
Prefería estar con sus amigos disfrutando que en casa donde su madre insistía una y otra vez en porque no seguía con el piano, le acosaba a preguntas. Así que un día decidió no volver a casa, lo divertido estaba fuera de ella y no dentro.

Ahora, después de tanto tiempo, se habia dado cuenta del error que habia cometido, un error que lo estaba pagando demasiado caro, pero estaba decidido a que hoy era el final de esta factura.

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