lunes, 27 de junio de 2011

El River vuelve a su hogar



Domingo, 26 de Junio de 2011. A las 18:00 un nuevo capitulo se escribía sobre la historia del Sestao River. Era el último partido de la temporada que decidía si continuábamos en el pozo de la Tercera División o si el próximo año estaríamos en la División de Bronce. Solo nos separaban 90 minutos y una pequeña ventaja en la eliminatoria (2-1 a nuestro favor) nos hacía ser soñadores.Y el guión escrito en Barcelona no podia tener un final tan glorioso.


El comienzo del partido fue de un tanteo inicial entre los dos equipos aunque el River siempre llevaba mas la batuta aunque sin crear excesivo peligro. Sin embargo en el minuto 8 un saque de banda se convertía en penalti (mano clara de Basagoiti en el área). La "Monta" lo transformó y el destino del equipo y de la afición  parecía claro, tocaba sufrir. Después del gol, todavía uno no se explicaba como con tan poco fútbol mostrado por la "Monta" durante la eliminatoria, ésta la tenía a su favor. Así que no quedaba otra, había que marcar para cumplir con el sueño de ascender y se habían tenido un par de oportunidades (una de Aketxe delante el portero que pica ajustando pero el esférico salió fuera) pero no se había creado excesivo peligro. Además, de un penalti no pitado (exactamente igual que el penalti a favor de la "Monta") y varias tarjetas amarillas para nuestros jugadores que eran totalmente exageradas, eran el resultado de la primera parte. Las sensaciones no eran buenas del todo y el sueño de ascender se estaba esfumando.

Ya en la segunda parte, parecía que la tragedia tomaba forma cuando el árbitro decide pitar otro penalti por mano de nuevo de Basagoiti en el área (el mismo que se había cometido en el área de la Montañesa en la 1ª parte y no pitado a favor de nuestro equipo). Parecía el fin, jugadores de la Montañesa tirándose al suelo y perdiendo tiempo, un árbitro excesivamente casero, treinta y pico grados, un campo minúsculo mas para la practica del hockey hierba... y además un nuevo penalti.
Pero todo cambio cuando el lanzamiento rebotó en el poste derecho, y la dinámica pesimista dio paso a la gloria final. El equipo se vino arriba y la afición también, mientras que los jugadores de la Montañesa estaban recordando que se les había escapado un claro 2-0 a su favor y con ello la eliminatoria casi sentenciada. Los nuevos bríos del River dieron sus frutos y la alegría se desbordó cuando Josu Hernaez dibujó una preciosa parábola de falta (si fuera CR7, este gol habría dado la vuelta al mundo). A partir de aquí, la "Monta" se descompuso y poco después llegó el segundo gol, obra Sergio Francisco de cabeza tras un gran servicio por banda de Barrón, que fue el cambio clave que terminó por desarmar al equipo catalán. Y con ello la euforia de saber que el sueño de ascender estaba en la palma de la mano y que solo había que cerrarla.

Hasta el final, los nuestros esperando el pitido final y los locales aprovechando para salvar la honrilla del resultado. Al final la locura se desató y el River vuelve al sitio del que nunca se debió marchar.
Gracias River por hacernos soñar y demostrar que los sueños si se pueden cumplir.

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