La fotografía en sentido estricto es el proceso físico mediante el cual se obtiene que una imagen quede fija en una superficie. Esta es una de las definiciones que se le puede atribuir a la palabra fotografía. Pero, cuando estamos delante de una fotografía pensamos en esta definición? Yo diría que no, aunque siempre habrá alguien que lo piense. En mi caso, una definición más acertada seria: instrumento que activa cierta parte del cerebro donde están alojados recuerdos relacionados con ella. Porque una fotografía es algo más que un papel con una imagen, es como una palabra clave o el estimulo que produce unas determinadas sensaciones o reacciones, como el famoso perro de Paulov. A partir de esa imagen, siempre nos vendrán los recuerdos posteriores y anteriores de ese momento. O también, los recuerdos relacionados con los objetos, personas o lugares que en ella aparece. La fotografía es como un generador de recuerdos que los teníamos almacenados en el interior y que bastante a menudo no nos acordamos de ellos. Por ello, a veces es bueno coger el viejo álbum de fotos, revisar las fotografías y volver a sentir esos sentimientos que nos genera estos simples trozos de papel.
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