martes, 16 de febrero de 2010

Un domingo cualquiera


Es ya cerca del mediodía y decido que ya es hora de empezar el día. El día es gris y frío, continuación de los anteriores, y la vida de la ciudad empieza a despertar poco a poco.
Mientras desayuno observo como los hombres de edad avanzada cumplen con sus quehaceres diarios, básicamente "las 3 pes", pan, periódico y paseo. algunos incluso se atreven con una cuarta, el perro. Jóvenes matrimonios, empujando cochecitos de niños, acuden al ritual semanal de la comida familiar. Parejas que entrelazan sus manos para dar ese paseo que el resto de la semana les es imposible de llevarlo a cabo. También observo aquellos jóvenes que un día decidieron ser futbolistas de élite pero su sueño se trunco por el camino pero que se resisten a dejarlo.
Hoy echo en falta la muchedumbre que se dirige de bar en bar para ponerse al día sobre sus vidas, el frío les habrá hecho considerar que hoy no es una buena opción.

Los minutos siguen avanzando mientras yo termino el desayuno, y el ritmo de la ciudad aumenta como desperezándose poco a poco de un largo letargo.

Hoy domingo frió y gris, mi primer pensamiento ha sido para ti.

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