lunes, 15 de diciembre de 2008

Vida, dichosa vida


Me paro y me noto cansado física y mentalmente, suponía que era el stress de esta vida que no nos deja disfrutar de las cosas sencillas, porque en realidad nuestra vida no la queremos sencilla, nos gusta que sea complicada porque así es más entretenida. Me siento encerrado en la rutina diaria de la que soy incapaz de escapar, como si estuviera encadenado a una espiral infinita, por la cual todos los días parecen iguales y no hay nada excepcional que suceda en ellos. Quiero escapar pero no se a donde, ni cómo hacerlo y ni tan siquiera porque lo haría. Me vuelvo a parar y pienso que escapar me traería más sufrimiento del que poseo ahora, y me digo “Aguanta, que esto pasara”. El problema es que desconozco cuanto tiempo durara y si seré capaz de aguantarlo. Dudo que el tiempo todo lo cura, simplemente el cuerpo se acostumbra a vivir con el dolor hasta que forma parte de ti. Así son las trampas que pone la vida para hacernos más fuertes y crecer como personas. Si no eres capaz de crecer por ti mismo, la vida pondrá sus medios para hacerte crecer. Nadie dijo que sacar la cabeza del agua de la vida fuera fácil, muchos se dejaron llevar por la corriente y desaparecieron, otros lucharon y lucharon hasta encontrar el paraíso. De tu fortaleza depende el resultado final.

1 comentario:

Nago dijo...

La verdad es que muchas veces nos quejamos de la rutina, de que siempre hacemos lo mismo, de que queremos salir como sea de ella, pero si nos paramos a pensar, en el fondo, la rutina tiene sus cosas positivas y nos aporta estabilidad en la vida...

Quizá la rutina no sea tan mala como a veces pensamos... en la rutina está nuestra familia, nuestros amigos, nuestro círculo de gente más cercana... tan solo es cuestión de quedarse con lo mejor de ella ;-)

No vamos a tener relato prima di Natale? spero di siiiiiiiiii ;-p