Suena el despertador y de mala gana me obligo a levantarme. El día había amanecido gris, esperando a que el cielo rompiera a llorar me encontraba en una parada esperando al autobús que me dirigía como cada día al trabajo. Como siempre ensimismado en mis pensamientos hasta que la vi, la belleza hecha realidad. Estaba al otro lado de la parada leyendo un libro de color blanco y un ligero viento acariciaba su melena oscura. No pude quitar la vista de ella y mis pensamientos diarios volaron con el viento, todos mis sentidos estaban enfocados en aquella chica esperando a que el tiempo se deteniese y me dejara observarla para toda la eternidad. En un breve instante pude ver sus ojos verdes esmeralda y una sonrisa espectacular acorde con las facciones de su cara. Llego el autobús 35, mi autobús, pero no fui capaz de subir. Esa chica me tenia hipnotizado y de mi sitio no me podía mover, ni podía ni quería. Diez minutos después llego su autobús y se dirigió hacia el, su manera de andar era increíble y desprendía una luz especial que me cegaba los ojos.
De pronto el despertador sonó, todo había sido un sueño. Desayuné y me dirigí hacia mi parada de autobús, cuando al otro lado de la marquesina.........
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