sábado, 2 de enero de 2010

Mirando por la ventana


Muchas veces cuando me asomo por la ventana observo pasar multitud de gente y me vienen a la mente varias preguntas: Que tipo de vida llevaran, si serán felices, que problemas les atormentaran.
Me doy cuenta de que a pesar de pertenecer a una misma raza, cada persona es un mundo y como cada mundo tiene sus propias complejidades y distintas formas de ver y actuar ante los problemas. Pero todos tenemos algo en común, cada uno lleva a sus espaldas su propio "dolor personal". Ese dolor que aparece en algún momento del camino que puede ser de mayor o menor dimensión, ahí ya depende de la importancia que le de cada uno. Ese dolor puede provenir de uno mismo u ocasionarlo una persona ajena persona, porque sino es la salud o el sufrimiento de uno es el de las personas que queremos.
Y lo peor de todo es que ese dolor no podemos controlarlo ni minimizarlo, porque no desaparece de la noche a la mañana, y cuando creemos que desaparece lo que realmente ocurre es que nos acostumbramos a vivir con el. Es parte del juego de la vida del que inevitablemente jugamos y sera en el único sorteo donde sabemos de antemano que seremos uno de los "agraciados".

1 comentario:

Ana dijo...

Pues te deseo un año lleno de felicidad...

Muchos besitos.