lunes, 7 de septiembre de 2009

Heridas del alma


Todos tenemos un ligero conocimiento de que cuando nuestro cuerpo se queja sabemos como combatir ese dolor. Siempre tendremos a mano el medicamento adecuado o acudir a la persona especializada en dicha dolencia. Incluso podemos conocer con una cierta exactitud el tiempo de recuperación que necesita el cuerpo.

Pero hay otro tipo de dolencias donde ya no es tan evidente como luchar contra ellas, me refiero a las heridas del interior. Heridas que no sangran, que no se inflaman pero que duelen mas que cualquier lesión que el cuerpo haya tenido antes. Y para este tipo de heridas no hay un diagnostico definido, ni un medicamento milagroso.

Desconocemos el tiempo necesario de recuperación y la magnitud del dolor porque el mismo dolor no afecta por igual a las personas. Nos encontramos perdidos y sin saber como afrontarlo, el tiempo pasa y el dolor remite muy lentamente, demasiado lento. Podemos envolverlo con momentos alegres pero que desgraciadamente se diluyen en muy poco tiempo. La única manera de recuperarse es eliminar de raíz todo lo maligno que no permite que la herida cicatrice. Hay que crear el medicamento definitivo para combatirlo, solo hay que tomar los ingredientes oportunos para erradicarlo definitivamente. Convicción personal, gente que te apoya y bonitas experiencias son una base del medicamento.

2 comentarios:

Un Colibrí Viajero dijo...

Cuanta verdad he enconrado en tus palabras y como lo expresas en un tanto y un todo, a veces se nos va la vida descubriendo el alma en tratar de curar, sanar esas heridas del alma, y olvidamos que la vida sigue continua, y nos espera allí tendida la mano ra que retomemos el caminito...
Un placer encontrar tu lugarcito, saludos cordiales y un abrazo porteño.

Romano dijo...

Gracias Colibri.
La verdad es que pasamos demasiado tiempo en curar heridas que al fina lson solo un rasguño. Lastima que nos demos cuenta cuando ya esta curada.
Un abrazo.