miércoles, 14 de abril de 2010

La confesión


Ir al capitulo 1, Fin de semana
Ir al capitulo 2, Triste mañana

Las horas después de encontrar a Lidia tendida en la cama sin vida las vivió Ángel como en una película, viéndolo todo desde fuera aunque muy poco recuerda de lo que sucedió en ellas. La policía determino que lidia había muerto de forma natural, mientras dormía.
Cuando la policía desalojó la habitación y contestó a las preguntas de la policía, Ángel decidió ir a la iglesia, fue su refugio cuando su madre murió cuatro años atrás. La pequeña iglesia del pueblo estaba en esos momentos vacía pero se mostraba muy acogedora.
Se dirigió rápidamente al confesionario pues deseaba vaciarse interiormente y eso solo lo conseguía en la casa del Señor.

-Ave maría purísima.
-Sin pecado concebida. contesto el párroco.
-Padre, he pecado y vengo a confesarme.
-te escucho, hijo.
-Mi mujer acaba de morir y se dirige hacia el infierno porque se acostó con otro hombre cuando estaba casada conmigo. Ha pagado con la muerte su pecado.

El párroco no podía articular palabra por lo que Ángel siguió contando la historia de su mujer.

-La policía dice que murió de forma natural, pero yo sé que no fue así. Murió porque el vino, la sange de Cristo, estaba contaminado. Cristo me pidió que actuara y eso fue lo que hice.
No necesito su bendición porque Dios me la dio por adelantado.

Tras estas palabras Ángel se dirigió hacia la calle, con la sonrisa del trabajo bien hecho que le encomendó Dios, su verdadero y único amor.

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