lunes, 5 de julio de 2010

La tormenta


El sol ruge pero el cielo, ahora despejado, no amenaza tormenta. Avanza el día y el solo continua maltratando a la Tierra con toda su fuerza sin ningún atisbo de que intente parar.
Llega la tarde y unas nubes provenientes de las montañas viajan hacia la ciudad, vienen rápido pues el viento les sirve de transporte, el sol pierde fuerza según avanzan los segundos y la oscuridad van ganando terreno. La temperatura baja dramáticamente y el viento se hace mas patente cada vez.
Unas ligeras gotas de lluvia empiezan a caer y evaporarse sobre el suelo, pasan los minutos y las gotas se hacen ya muy visibles y de un color transparente muy vivo, la unión del sol con el agua hace que ésta sea preciosa.

La lluvia cada vez es mas insistente y el sol definitivamente deja de trabajar para dar paso a un manto de nubes negras cargadas con no muy buenas intenciones. Y comienza un nuevo espectáculo, el sol se marchó y nos dejo sin luz pero ahora son los rayos los que nos iluminan. Es un verdadero espectáculo, uno nunca sabe donde aparecerá ese rayo y se mantiene en la ventana para intuirlo y cuando aparece uno se sonríe como diciendo: Te vi, te encontré.

La noche continua y las nubes continúan su viaje para satisfacción de nuevos observadores y decepción de los que tienen que despedirse.

2 comentarios:

Mar dijo...

Bonita manera de describir la tormenta... y bonita manera de plasmarla en esa fotografía.

Saludos.

(Si no te importa, me he puesto de seguidora. Te sigo leyendo).

Romano dijo...

Gracias Mar por tu comentario y bienvenida como nueva seguidora.

muxus.