viernes, 6 de noviembre de 2009

La trilogia de mi Camino de Santiago (I)





Antes de comenzar el Camino

Llevaba tiempo situado en una espiral de oscuridad de la que no veía una salida fácil. Mi carácter se había transformado y la sonrisa había sido sustituida por una cierta amargura y apatía. Me había encerrado tanto en mi mismo que muy poca gente se acercaba a mi. Desconecte de todo lo que me rodeaba porque bastante a disgusto me sentía conmigo mismo como para preocuparme por lo que sucedía en el exterior.
Necesitaba hacer algo radical para poder salir de ella pero el miedo a enfrentarte con algo novedoso y desconocido eliminaba cualquier intento de realizarlo. Aguantaba esta situación porque las situaciones buenas o malas cambian y estaba esperando a que ocurriera espontáneamente. No sé muy bien como ocurrió pero de mi interior surgió la idea de realizar a pie parte del Camino de Santiago en solitario. Todo el mundo que lo realiza comenta que nadie vuelve igual que cuando partió. Mi interior me decía que era una decisión acertada pero el miedo a lo nuevo rondaba siempre por mi cabeza. Me decía que era una locura, pero rápidamente me contestaba que podía dejarlo cuando quisiera, que no estoy obligado a seguir si me disgusta. De lo que si estaba tremendamente convencido, aunque todavía hoy desconozco el porqué, era de donde partir, hasta donde llegar y el día para comenzar.
Un cierto nerviosismo recorría mi cuerpo los días previos, no estaba del todo convencido debido al miedo a lo desconocido, pero aun así preparaba el viaje. Me despedía de la gente teniendo la esperanza de que cuando los volviera a ver seria una persona opuesta a la que era hasta entones. La última noche antes de partir casi no dormí, algo nuevo me esperaba pero no sabía si era bueno o malo.
A la mañana siguiente salí por la puerta de casa sin mirar atrás, el primer paso, el más difícil, ya estaba dado. Comencé a dar mis primeros pasos en el silencio de una ciudad que aun no había despertado. El cielo estaba gris, fiel reflejo de cómo me sentía por dentro pero con la esperanza de que cuando finalizara esta aventura mi interior fuera de color azul cielo.

1 comentario:

Ana dijo...

Es algo que tengo pendiente...

Muchos besitos.